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 Foto: Heconomía
Experto dice en La Rábida que “España ha hecho un esfuerzo importante por la descarbonización de la industria”
03/09/2020 / Redacción

Para el año 2050 la Comisión Europea ha fijado como objetivo de sus políticas energética alcanzar una economía limpia y de cero emisiones

Del 31 de Agosto al 3 de septiembre se ha celebrado en la sede de La Rábida el curso “La tecnología contra el cambio climático: captura, usos y almacenamiento de CO2”, que ha estado dirigido por el catedrático del departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la Universidad de Sevilla, Benito Navarrete. Este curso cuenta con el patrocinio de la Cátedra Fundación CEPSA.

“De absolutamente positivo” ha calificado este curso el director, que ha traído hasta La Rábida a especialistas de las Universidades de Sevilla, Zaragoza, Madrid, así como al vicepresidente de la Plataforma Tecnológica de España CO2 y representantes de Cepsa, Atlantic Copper y Porland Valderribas, entre otros.

Este curso va dirigido a estudiantes o profesionales con formación en ingeniería o ciencias y se ocupará de mostrar las bases científico-técnicas de diseño y operación de los procesos en cada una de las vías tecnológicas para la captura y el almacenamiento de CO2, así como de las alternativas de uso más próximas al mercado. Con todo ello se abre la necesidad de formar profesionales especialistas en estos campos que faciliten el desarrollo e implantación de estas tecnologías para contribuir a la lucha contra el cambio climático.

Para el año 2050 la Comisión Europea ha fijado como objetivo de sus políticas energética alcanzar una economía limpia y de cero emisiones. La meta es alcanzar la descarbonización total de la producción de energía de todos los sectores productivos y para ello va a ser necesario poner a en marcha todas las tecnologías. “Este curso ha servido a los alumnos, muchos de ellos estudiantes, para que conozcan las expectativas de formación y empleo que se le abren en este campo”, ha dicho.

En cuanto al objetivo de la Comisión Europea, “no estamos cerca de cumplirlo, ya que dependemos en casi un 80 por ciento de combustibles fósiles para producir energía. Sin embargo, en España se están haciendo esfuerzos muy importantes para alcanzar el objetivo”.

Otro de los problemas con los que se nos encontramos es con el desconocimiento de los ciudadanos sobre las tecnologías, que hacen difícil su implantación. También son reticentes al almacenamiento de CO2.

La deslocalización es uno de los peligros con los que nos enfrentamos. “Si en países como en Marruecos es más barato producir y además son menos exigentes con las medidas medioambientales, pues las empresas acabarán por irse allí”. Para evitar esto necesitamos que se arbitren ayudas por parte de los gobiernos para la captura de CO2”, ha manifestado.

Las tecnologías de captura, usos y almacenamiento geológico de CO2 permiten cubrir este objetivo, separando el CO2 de los gases de combustión. Una vez separado se puede destinar a la fabricación de subproductos, para los que se utiliza este gas como materia prima, destinados a usos como la producción de combustibles o productos químicos, principalmente, o a su almacenamiento en el subsuelo en yacimientos agotados de gas y petróleo o en acuíferos salinos profundos, donde se mantendrá retenido sin posibilidad de que escape a la atmósfera, evitando así su acumulación.